Oligarcas: los que quieren controlarnos (a propósito de Elon Musk y Gonzalo Lira)

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Transcripción del video:

            Recientemente, el youtuber chileno Gonzalo Lira fue detenido por efectivos ucranianos, para ser posteriormente liberado y silenciado en todas las redes. Lo último que se supo es que está libre, sano y bien, pero incomunicado digitalmente. ¿Cómo es que los ucranianos, en medio de una guerra, se dieron cuenta de que existía un youtuber chileno trasmitiendo en inglés desde Kiev y luego desde Kharkiv? Pues simplemente porque una publicación estadounidense, el Daily Beast, se encargó de hacérselos saber. Este medio, de conocida trayectoria progre, ya tenía en la mira a Lira, también conocido como el “Coach Redpill”, debido a que su canal de YouTube formaba parte de la llamada “manósfera”, es decir, de una serie de publicaciones en la red que no están de acuerdo con los enfoques de género o feministas y que, por supuesto, los así llamados progresistas han identificado como de extrema derecha.

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            Según Bloomberg, varios yates de propiedad de oligarcas rusos han sido embargados por diversos países de la Unión Europea. Cuesta solidarizar con un oligarca, sin embargo, la medida es un atropello a los derechos individuales y a la propiedad privada. Estos caballeros son empresarios particulares de quienes no podemos saber si es que han tenido participación o no en el esfuerzo bélico ruso. Su crimen no es otro que ser rusos. Aunque es posible que hayan cometido ilícitos, aquello debe probarse con un debido proceso, que no ha ocurrido. Ha pasado algo similar con atletas y deportistas de esa nacionalidad.

            Llama la atención que cuando se usa la palabra ‘oligarca’ se use sólo para describir a los billonarios rusos, mientras que aquellos de occidente son llamados simplemente ‘billonarios’. El diccionario de la Real Academia Española define oligarquía como “forma de gobierno en la cual el poder político es ejercido por un grupo minoritario” y también como “grupo reducido de personas que tiene poder e influencia en un determinado sector social, económico y político”. Por su parte, define “oligarca” como “cada uno de los individuos que componen una oligarquía”. No necesitamos definiciones más técnicas que esta, pues un oligarca es uno de los pocos en el poder. En occidente, sin embargo, se usa el término élite para referirse a las oligarquías y se subdivide en varios tipos, tales como élite económica, política o simbólica, siendo esta última aquella que tiene acceso a los medios tradicionales de comunicación, como son la televisión y los diarios. En términos de teoría política, élite y oligarquía son sinónimos, pero en lengua vernácula, el diccionario define élite como “minoría selecta o rectora”. Es por ello por lo que hablamos de deportistas de élite o soldados de élite. En estos casos, hombres y mujeres que han sido bendecidos por la naturaleza con un talento especial han invertido tiempo, esfuerzo y sacrificio para elevar sus habilidades al máximo y destacarse sobre los demás cultores de una determinada disciplina. En este sentido, la palabra élite tiene una connotación positiva que por desgracia ha ido perdiendo precisamente porque el público, de manera instintiva, se ha dado cuenta de que la palabra élite se usa en política y en negocios como sinónimo de oligarquía. En los Estados Unidos, ha aparecido un nuevo insulto: “elitista”.

            Hasta donde se sabe, Gonzalo Lira no fue descubierto por alguna policía secreta ucraniana, aunque puede que haya sucedido, sino que fue el Daily Beast quien alertó a las autoridades de ese país acerca de él. Si bien es chileno, al parecer posee la nacionalidad estadounidense, lo que significaría que un medio de ese país entregó a uno de los suyos a una potencia extranjera. Su pecado, rebatir la narrativa imperante.

            Desde mi lugar en Chile, considero que emitir juicios sobre lo que sucede en Ucrania sería irresponsable. Resulta muy difícil filtrar la información y los medios que sigo, que ya son alternativos, tampoco tienen mucha seguridad de lo que sucede. Estos medios, hasta donde sé, no han enviado corresponsales al lugar y si lo han hecho no lo han dicho, ya que, como pudimos ver en el caso de Lira, si eso ocurre serán los propios medios tradicionales de occidente o aquellos financiados por grandes fortunas, como el Beast, quienes entreguen a sus corresponsales a las autoridades ucranianas.

            Es cierto que en Rusia existen oligarcas, sin embargo, occidente también tiene los propios. Ya definimos antes lo que es una oligarquía, pero ¿cómo llegan algunos a constituirse en oligarcas? Existen muchas formas, pero como dice el primer poema musicalizado por Carl Orff en Carmina Burana, la suerte es la emperatriz del mundo. Bill Gates, por ejemplo, es hijo de un padre con el mismo nombre quien fue uno de los fundadores de Planned Parenthood, la fundación que se dedica a promover el aborto en todo el mundo. No es un muchacho de granja que por su propio esfuerzo llegó donde estaba. Esto no es un pecado, sin embargo, en ningún momento estudió nada relacionado con medicina o biología y se volvió, después de Fauci, la autoridad más importante en epidemiología del mundo, especialmente porque profetizó la crisis sanitaria en 2015. Tal grado de inteligencia es demasiado, sobre todo cuando sabemos que la crisis se generó en un laboratorio que efectuaba investigaciones por encargo del NIH en China, porque estaban prohibidas esas investigaciones en los Estados Unidos. No ha sido puramente el mérito lo que lo ha llevado hasta ahí. En la película “Los Piratas de Silicon Valley”, se muestran varias de las cuestionables prácticas de Gates y Jobs, y hablamos de una película para la televisión. En otras palabras, ni la narrativa oficial ha podido pasar por alto sus acciones.

            La gran mayoría de los oligarcas del mundo han llegado donde están en parte por la suerte de haber estado en el lugar adecuado en el momento adecuado y/o por prácticas dudosas. Sin embargo, mientras cualquier billonario ruso es presentado como un miembro de la mafia, los oligarcas de occidente aparecen todos como genios de un intelecto superior. Esto no es necesariamente así. Algunos apenas superan a las celebridades de Hollywood en preparación y, como dijo Ricky Gervais, esa gente tiene menos escolaridad que Greta Thumberg. Es sabido que Gates compró el sistema DOS por cincuenta mil dólares y que este es la base de Windows. Su genio es el de un buen jugador de póker, no el de Albert Einstein. No hay nada malo en ello, pero no es el polímata que vende la narrativa oficial.

            Una de las noticias que está dando que hablar es el intento de Elon Musk de apoderarse de Twitter y restaurar la libertad de expresión en la plataforma. Esto ha sido aplaudido por todos los medios alternativos que defienden las ideas de la libertad en ese país, sin embargo, Musk es el mismo que quiere ponernos chips en el cerebro para conectarnos directamente a la red. Para quienes vean esto como un avance, recordemos que Facebook y otras plataformas fueron diseñadas para generar adicción en los usuarios.

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            Si esto es así, imaginemos lo que podría pasar con el cerebro intervenido por las Big Techs directamente. Por supuesto que Musk plantea las ventajas y bondades de su invento.

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            Sin embargo, si tenemos un dispositivo inalámbrico conectado en nuestro cerebro, la posibilidad de hackeo del mismo constituye un verdadero peligro, pero más grave aún será la manipulación que ejerzan las propias Big Techs mediante medios legales o no previstos por la ley. Ya hemos visto lo que ha hecho Facebook sólo con las pantallas de computadores y celulares.

            Volviendo a Gonzalo Lira, no tengo la menor idea acerca de si la información que entregó era real o no, lo que sí puedo saber es que no se alinea con la narrativa oficial de occidente, que habla de la santidad del gobierno ucraniano y la barbarie de los rusos. Esta sola explicación parece demasiado simplista. Si lo que el hombre dijo era falso, no quedaba más que desmentirlo. El hecho de que haya sido silenciado no hace más que despertar sospechas muy similares a aquellas que en su tiempo creímos meras teorías de conspiración.

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Este era Yuval Noah Harari, autor de De Animales a Dioses y Homo Deus entre otros libros. Ha dado conferencias en diversos lugares, entre otros en el Foro de Davos. Es sin duda, un intelectual de la corriente principal y ya el mismo advierte de los peligros de la manipulación de los datos en el futuro y, ya podemos decirlo, en el presente. No es precisamente Alex Jones u otro teórico de la conspiración.

Yo estoy en Chile, pero, sin importar la nación en que estemos, todos estamos siendo parte de un proceso de manipulación tal, que cualquier interferencia con el plan globalista es vista como una amenaza. Según la nueva concepción, los hombres deben poder ser mujeres, las mujeres hombres y la internet de las cosas debe poder crear un mundo en el que aquello sea posible, tal vez el Metaverso. Mientras tanto, las cosas continúan en el mundo de las cosas para bien o para mal.

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